jueves, 19 de junio de 2014

DESMONTANDO TOPICAZOS, EL TORO DE MADRID

                Una vez finalizada la feria de San Isidro, es hora de hacer valoraciones, mejorar lo negativo, fomentar lo positivo y sacar conclusiones.

                Visto como ha transcurrido la feria, es inevitable que se tenga que tomar medidas en lo que al toro respecta.

                Muchos son los tópicos manidos y que se emplean para defender una idea como es “el toro de Madrid” ¿el toro de Madrid, de quien? ¿Quién se ha inventado ese término taurino?

 Curiosamente quien lo sostiene, tiende a confundir el toro de Madrid con arrobas y pitones.. Si repasamos la cabaña brava y los encastes, muchos son los que no pueden venir porque se han inventado un modelo del toro de Madrid muy injusto para el espectáculo y para el propio toro.

El trapío no son ni los pitones, ni el peso, de hecho yo erradicaba de las tablillas el mismo. Este San Isidro he vivido una circunstancia curiosa, un toro por debajo de 500 kilos protestado y un toro similar por encima de 500 kilos silenciado de salida, falta de criterio total.

Es todo un desbarajuste desde que el toro está en la finca hasta que sale por chiqueros. Lo primero, ¿por qué el toro tiene que desplazarse a Madrid a ser valorado y no se destina un equipo de veterinarios a valorarlo en el campo? nos ahorraríamos costes de transporte y sufrimiento a toro y  ganadero, ya que muchos animales se estropean en el viaje con el consecuente coste económico que conlleva. Por otro lado el equipo veterinario de la plaza está sometido a una presión por parte del aficionado que, por regla general, lleva a no poder aplicar un criterio unificado para todos los reconocimientos, a parte de tener cada presidente su propio equipo veterinario con lo que ello conlleva para aplicar un criterio unificado.
 La formula, en mi opinión, del trapío es sencilla:

TRAPIO = CULATA + MORRILLO + TIPO ENCASTE + TIPO DE LA GANADERIA DENTRO DE ESE ENCASTE + ENCORNADURA ACORDE

Los ganaderos se vuelven locos, un ejemplo el año pasado Baltasar Ibán, tuvo que traer toros para pasar el reconocimiento del maldito tópico “del toro de Madrid” que tanto daño hace, por encima de lo que es su tipo, consecuencia animales escurridos protestados entre ellos yo.

Quiero un toro de Ibán, por seguir con el ejemplo, en tipo, aunque sea chico, pero rematado dentro de sus posibilidades.

¿Quién se ha inventado eso de que al torero el toro grande le da miedo? Lo que asusta al diestro es la casta no las arrobas.

Es cierto que hay ganaderías que morfológicamente tienen un peso mayor, Raboso, Cuadri ó Miura por poner un ejemplo, en ese caso es evidente que tendría que ajustarse el criterio a su tipo.
Hablamos de un falso torismo que sólo considera a Miura, Adolfo y Cuadri estandartes del toro bravo, ¿y coquilla? ¿y graciliano? ¿y Murube? ¿y cobaleda? ¿y ……………… ? ¿seguimos? ¿si trajeses sus toros en tipo lo admitiría Madrid? Mucho dudo que no. Y decir una cosa además, Juan Pedro, eso que tanto denostamos, a veces con razón y otras no, ¿históricamente ha tenido el tamaño que le ha impuesto la exigencia ficticia?

Por último referirme a las novilladas, ¿dónde se ha visto que un profesional novel, tenga que trabajar en las mismas condiciones que un veterano? Si me refiero al novillo y su tamaño, estamos hablando de chavales que quieren ser toreros, que tienen carencias y que para aprender y mejorar no pueden enfrentarse a un animal de esas características.

Quiero que quede muy claro, que no defiendo animales pequeños, defiendo que se lidien animales en su tipo de su encaste y ganadería pero rematados dentro de las posibilidades que el fenotipo del encaste les permita.

Animo desde éste humilde espacio a todos los profesionales del toro, que tomen las riendas y sean valientes para volver al toro en su tipo y con su trapío.



Ya se que no tengo ni puta idea de esto, que me ponga a estudiar chaval, típicos tópicos manidos que también hay que erradicar de mi pasión; el TOREO.

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